Desde el año 2010, el tratamiento con ondas de choque extracorporales se ha empleado también para tratar la disfunción eréctil vascular.
Las ondas de choque son aplicadas a diferentes puntos del pene con una dosificación de baja intensidad. El tratamiento es sencillo y no necesita anestesia.
Mejoramiento del flujo sanguíneo
El tratamiento causa una sensación en el tejido que estimula la generación de nuevos vasos sanguíneos en el cuerpo cavernoso. Eso lleva a un flujo de sangre más intenso en el pene y, consecuentemente, mejora la capacidad eréctil.
El tratamiento dura normalmente unos 15 minutos. Dependiente de la gravedad de la enfermedad y la reacción al tratamiento, se necesitan entre 6 y 10 sesiones terapéuticas de promedio.